martes, 16 de septiembre de 2014

La respuesta al hambre mundial y regional la podemos buscar en la "ausencia de solidaridad" y el egoísmo humano

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En otro informe la FAO y el Banco Mundial advertían del gran desperdicio de alimentos en numerosos países

Hasta un tercio de todos los alimentos se estropea o se desperdicia antes de ser consumido por las personas.
Es un exceso en una época en la que casi mil millones de personas pasan hambre, y representa una pérdida de mano de obra, agua, energía, tierra y otros insumos utilizados en la producción de esos alimentos.FAO:http://www.fao.org/food-loss-and-food-waste/es/
Por JM Rodríguez
Editor

En la medida que las sociedades abandonan el viejo y necesario camino de la "solidaridad"; de igual forma que se aleja de la recomendación del propio Jesús, el Cristo que nos recomienda " amar a su prójimo" como a ti mismo, podemos medir el impacto de esta abominable conducta de la humanidad. En términos prácticos, lo vemos en los informes sobre desperdicio de comida y del hambre que pasan millones de seres humanos, rodeados tal vez de abundancia de alimentos y a los cuales no tienen acceso por el "egoísmo", otro de los defectos humanos que tenemos que superar invididual y colectivamente.
La OrganizaiCón de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), es de los organismos internacionales que le ha dado seguimiento al problema del desperdicio de alimentos en el planeta, al igual que los problemas del hambre que padecen millones de seres en el mundo.
Ya en 2012 la FAO advertía que sobre el contenido de una investigación titulada " PÉRDIDAS Y DESPERDICIO DE ALIMENTOS EN EL MUNDO. ALCANCE CAUSAS Y PREVENCIÓN "Los resultados del estudio sugieren que alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente 1 300 millones de toneladas al año.
En otro informe del 2014  del Banco Mundial  http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2014/02/27/food-loss-waste-barrier-poverty-reduction  se aprecia que: "En todo el mundo se pierde o desperdicia entre un cuarto y un tercio de la producción de alimentos para el consumo humano, según la última edición del informe trimestral Alerta sobre precios de los alimentos del Grupo del Banco Mundial, en la que se incluyen estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del Instituto de Recursos Mundiales. En las regiones afectadas por la subalimentación, como África y Asia meridional, estas pérdidas impresionantes representan entre 400 y 500 calorías diarias por persona, y hasta 1520 calorías en el mundo desarrollado".

Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial señaló sobre la escandalosa cantidad de alimentos que se desperdicia: “Cada día en todo el mundo, millones de personas se van a dormir con hambre y, sin embargo, millones de toneladas de alimentos terminan en la basura o se malogran durante el transporte a los mercados. Debemos encarar este problema en cada país para mejorar la seguridad alimentaria y poner fin a la pobreza”.


INFORME DEL 2014 DE LA  FAO

El Objetivo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de víctimas del hambre puede alcanzarse aún a finales de 2015

16 de septiembre de 2014, Roma – Cerca de 805 millones de personas en el mundo -una de cada nueve-, padecen hambre, según un nuevo informe de la ONU publicado hoy. 
El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo (SOFI 2014, por sus siglas en inglés) confirma una tendencia positiva que ha visto disminuir el número de personas que padecen hambre a nivel mundial en más de 100 millones en la última década, y en más de 200 millones desde 1990-92. El informe es publicado anualmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). 
La tendencia general en la reducción del hambre en los países en desarrollo significa que el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la proporción de personas subalimentadas para 2015 puede alcanzarse “si se intensifican los esfuerzos apropiados de forma inmediata”, según el informe. Hasta la fecha, 63 países en desarrollo han alcanzado la meta de los ODM, y seis más están en camino de conseguirla en 2015.

“Esta es la prueba de que podemos ganar la guerra contra el hambre, y debería inspirar a los países a seguir adelante, con la ayuda de la comunidad internacional en lo que sea necesario”, escriben los responsables de la FAO, el FIDA y el PMA -José Graziano da Silva, Kanayo F. Nwanze y Ertharin Cousin- en su prólogo al informe.

Los tres hacen hincapié en que “una reducción del hambre acelerada, sustancial y sostenible es posible con el necesario compromiso político”, y que éste “tiene que contar con información suficiente y una buena comprensión de los problemas nacionales, las opciones de política pertinentes, amplia participación y lecciones de otras experiencias”.

El SOFI 2014 subraya cómo el acceso a los alimentos ha mejorado rápidamente y de manera significativa en países que han experimentado un progreso económico general, en particular en Asia oriental y el Sudeste asiático. El acceso a los alimentos también ha mejorado en Asia meridional y América Latina, pero sobre todo en países con redes de seguridad adecuadas y otras formas de protección social, incluyendo para los pobres rurales.

La reducción del hambre se ha acelerado, pero algunos se quedaron atrás
 
A pesar del progreso significativo en general, varias regiones y subregiones se han quedado rezagadas. En África subsahariana, más de una de cada cuatro personas permanecen crónicamente subalimentadas, mientras que en Asia -la región más poblada del mundo,- es donde viven la mayoría de los hambrientos: 526 millones de personas.

América Latina y el Caribe han logrado los mayores avances globales en el aumento de la seguridad alimentaria. Mientras tanto, Oceanía ha logrado sólo una modesta mejora (una disminución del 1,7 por ciento) en la prevalencia de la subalimentación, que se situó en el 14 por ciento en 2012-14, y de hecho ha visto el número de víctimas del hambre aumentar desde 1990-92.

Los responsables de los organismos de la ONU señalaron que de los 63 países que han alcanzado la meta de los ODM, 25 han logrado también el objetivo más ambicioso de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) de reducir a la mitad el número de personas desnutridas para el año 2015 Sin embargo, el informe indica que el tiempo se ha agotado para poder alcanzar la meta de la CMA a nivel global.

Crear un entorno favorable mediante acciones coordinadas
 
Con una cifra de personas todavía desnutridas “inaceptablemente alta”, los responsables de la FAO, el FIDA y el PMA destacaron la necesidad de renovar el compromiso político para combatir el hambre y de transformarlo en acciones concretas. En este contexto, los tres valoraron positivamente la promesa en la cumbre de la Unión Africana –realizada en junio de 2014- de acabar con el hambre en el continente en 2025.

“La inseguridad alimentaria y la malnutrición son problemas complejos que no pueden ser resueltos por un solo sector o parte interesada, sino que deben abordarse de manera coordinada”, añadieron, pidiendo a los gobiernos que trabajen en estrecha colaboración con el sector privado y la sociedad civil.

El informe de la FAO, el FIDA y el PMA especifica que la erradicación del hambre requiere establecer un entorno favorable y un enfoque integrado. Este enfoque incluye inversiones públicas y privadas para aumentar la productividad agrícola; el acceso a la tierra, los servicios, las tecnologías y los mercados; y medidas para promover el desarrollo rural y la protección social para los más vulnerables, incluido el fortalecimiento de su resiliencia ante los conflictos y los desastres naturales. El informe también hace hincapié en la importancia de los programas de nutrición específicos, en particular para hacer frente a las deficiencias de micronutrientes de las madres y niños menores de cinco años.

Estudios de caso
 
El SOFI de este año incluye siete estudios de caso -Bolivia, Brasil, Haití, Indonesia, Madagascar, Malawi y Yemen- que ponen de relieve algunas de las formas en que los países abordan el hambre y cómo los eventos externos pueden influir en su capacidad para cumplir con el logro de los objetivos de seguridad alimentaria y nutrición. Estos países fueron elegidos debido a su diversidad política, económica –en particular el sector agrícola- y a sus diferencias culturales.

Bolivia, por ejemplo, ha creado instituciones para involucrar a una amplia gama de partes interesadas, en particular los pueblos indígenas antes marginados.

El Programa Hambre Cero de Brasil, que situó el logro de la seguridad alimentaria en el centro de la agenda gubernamental, es la base del progreso que llevó al país a lograr tanto los ODM como los objetivos de la CMA. Los actuales programas de erradicación de la pobreza extrema en Brasil se basan en el enfoque de vincular políticas para la agricultura familiar con la protección social de forma muy inclusiva.

Haití, donde más de la mitad de la población sufre subalimentación crónica, sigue todavía luchando para recuperarse de los efectos del devastador terremoto de 2010. El informe señala cómo el país ha adoptado un programa nacional para fortalecer los medios de vida y mejorar la productividad agrícola, favoreciendo el acceso de los pequeños agricultores familiares a los insumos y servicios.

Indonesia ha adoptado marcos legales y establecido instituciones para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. Su mecanismo de coordinación de políticas comprende ministerios, ONG y líderes comunitarios. Las medidas abordan una amplia gama de retos, desde el crecimiento de la productividad agrícola a las dietas nutritivas e inocuas.

Madagascar está saliendo de una crisis política y está reanudando relaciones con los socios internacionales de desarrollo destinadas a luchar contra la pobreza y la desnutrición. También trabaja en asociación para crear resiliencia frente a las crisis y las amenazas climáticas, incluyendo ciclones, sequías y plagas de langostas, que a menudo afligen a la nación insular.

Malawi ha alcanzado la meta de los ODM sobre el hambre, gracias a un compromiso sólido y persistente para impulsar la producción de maíz. Sin embargo, la malnutrición sigue siendo un problema: el 50 por ciento de los niños menores de cinco años sufre retraso del crecimiento y el 12,8 por ciento tienen falta de peso. Para hacer frente al problema, el gobierno promueve intervenciones nutricionales de base comunitaria para diversificar la producción e incluir legumbres, leche, la pesca y la acuicultura, para lograr una alimentación más saludable y mejorar los ingresos de las familias.

Conflictos, crisis económica, baja productividad agrícola y pobreza han hecho de Yemen uno de los países con mayor inseguridad alimentaria del mundo. Además de restablecer la estabilidad política y económica, el gobierno pretende reducir el hambre en un tercio para 2015 y lograr que el 90 por ciento de la población disfrute de seguridad alimentaria para el año 2020. También tiene como objetivo reducir las graves tasas actuales de malnutrición infantil en al menos un punto porcentual por año.

Las conclusiones y recomendaciones del SOFI 2014 serán discutidas por los gobiernos, la sociedad civil y representantes del sector privado en la reunión del 13 al 18 octubre del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, en la sede de la FAO en Roma.
El informe también será un elemento clave de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2) que tendrá lugar en Roma del 19 al 21 de noviembre, y que la FAO está organizando conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud. Estar reunión intergubernamental de alto nivel busca, a nivel global, un compromiso renovado para combatir la malnutrición, con el objetivo general de mejorar la alimentación y elevar los niveles de nutrición.
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