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jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Cual es el interés de los haitianos en ser "declarados dominicanos"?

¿Cual es el interés de los haitianos en ser "declarados dominicanos"?

Fusión Santo Domingo y Haití:Tratado de Basilea marcó la primera rsistencia

¿Cual es el interés de los haitianos en ser "declarados dominicanos"?

ONGS, usan como estrategia lo cultural para ablandar la resistencia y lograrla "asimilación" de los haitianos.



Recuento

JM Rodríguez

Nos cuentan los historiadores como Frank Moya Pons en su texto "ElPasado Dominicano" que al inicio de la etapa azucarera en la parte del este, hoy República Dominicana, hbían entre 4,000 y 6,000 habitantes blancos.


Cuando se inició la desploblación de la banda norte, ejecutada por el gobernador Osorio en 1605-1606, y junto a los esclavos, se habló de unos 70 mil habitantes. Las personas esclvas eran alrededor de 9,000 para esa época.


Cuando España y Francia firmaron el Tratado de Basilea en 1795, parte de los habitantes decidieron marcharse para no estár bajo la tutela de Francia; los que no pudieron financiar su éxodo, debieron sufrir las consecuencias.


También nos cuenta el historidor Javier Barceló Malagón en el "Código Negro Carolino" que cuando se dividió la isla en dos colonias a partir de mediados del siglo XVII, la parte donde se hablaba español experimentó una decadenci generalizada y la población tanto blanca como negra disminuyó considerablemente porue se ejó de importar esclavos desde África.

Cuando los haitianos invadieron en febrero de 1822, igual mucha gente optó por marcharse.

Desde antes de la República se ha ido haciendo esfuerzos por alcanzar una identidad nacional sobre l base de abrazar valores y principios y de reconocer el suelo ocupado con todas sus consecuencias como el hogar dominicano.

No solo con los franceses en aquella época, sino también con los haitianos, en la hoy dominicana subyace temores y rechazo al peligro extranjero.

Podemos ser de los pocos o el único caso conocido en que fuerzas extranjeras pretendan obligar a dos pueblos distintos a fundirse y olvidr sus identiddes nacionales.

Haití y República Dominicana son dos pueblos distintos, aunque habiten la misma isla; su lengua, sus costumbres, sus rumbos como naciones son diferentes. Una muestra es que nos quedamos con la palabra indígena "Conuco" para llamar la tierra donde se cultiva y "Hato" a las grandes propiedades ganaderas;, mientras los haitianos le llaman "lacou" y "Habitación".

Ellos aprecian el sincretismo religioso "Vudú", nosotros el cristianismo o el catolicismo heredado de los religiosos que nos visitaron y que cristianizron hasta a los primeros indígenas y nos dejaron la Catedral Primada de América y las instituciones religiosas.

Hablamos un español acomodado a nuestros rasgos culturales, tenemos en el Norte de la República, un estilo de hablar el español, que se dice heredamos de los canarios, en el Sur, se habla arrastrando o enfatizando la "R" en la capital y el este del país, la "L", es usada en lugar de la "R". Tenemos nuestro himno, bandera, música,nuestros juegos, y nuestra dieta; somos un pueblo abrazado a su estilo de vida y a su historia..

Los haitianos hablan un dialecto "Creol", "Patois" y Francés, heredado de sus verdugos esclavisadores.También tienen su estilo de vida, sus rasgos culturales que le caracterizan frente a otros pueblos.

Es mucha la diferencia a pesar de que en ambos lados de la isla no puede ni debe haber racismo porque tenemos negros e descendientes de los blancos frnceses y españoles, pero tratar de mantener su identidad y su diversidad, de conservar su diferencia, no se le puede llamar ni discriminación ni racismo.

Cada pueblo tiene sus nacionalismos, si no fuera asi, no existiera la "xenofobia", ni conflictos étnicos, nosotros nos sentimos dominicanos porque nuestros antepasados nos dejaron este espacio en heredad y hemos construido a través de la historia, lo que somos, y nos caracteriza de otros pueblos.


TIEMPO PRESENTE


Como parte del esfuerzo porque nos olvidemos de la frontera del tratado de Ryswick que firmaron Francia y España, los que siempre han decidido por esta isla y por su destino, en estos días se intenta que asimilemos una minoría que ha llegado o ha sido traída al margen de nuestros controles inmigratorios e institucionales.Es decir que violemos nuestras propis leyes y reglamentos porque para las organizaciones internacionales que sirven a los intereses de la fusión,lo que tenemos ni son leyes, ni reglamentos y nuestra Constitución que dice claramente quien puede o es dominicano es "basura".

SUSPICACIA


Aquí en el país, República Dominicana tenemos residentes de muchas nacionalidades: chinos,coreanos,japoneses,judios,pàlestinos, franceses, italianos, españoles,,alemanes, puertoriqueños, colombianos, cubanos, ecuatorianos, argentinos, peruanos,venezolnos, en fin de casi todos los pueblos, tenemos gente que nos acompaña a vivir.

Pero ninguno de esos extranjeros residentes tienen ni las intenciones, ni el activismo de los haitianos, y nunca hemos sido invadidos por sus países, excepto Francia y España, pero en el principio de nuestra historia antes de formarnos como pueblo. Ninguno ha construido Organizaciones No Gubernamentales para montar campañas antinacionales, ni para ir a los organismos internacionales, a los foros, a denunciarnos por discriminación y racismo.

Ninguno de esos extranjeros que viven con nosotros, exige que se deje sin respuesta la entrada ilegal de personas, ni tiene una plataforma para cuestionar nuestra Constitución, nuestras leyes y reglamentos, a nuestros funcionarios y líderes; ni exige que tenemos que darle identidad ni documentos de nacimiento, porque vienen regularizados desde sus países.

Y cabe preguntarse "cuál es el empeño de los haitianos de que los declaren "dominicanos?. Es un deseo de ellos o son instrucciones que han recibido de esos mismos interses?.

¿No será que como sería imposible invadirnos con fuerzas armadas como en febrero de 1822, se usa otra arma más sigilosa y táctica como la naturlizsción o la búsqueda de la identidad nacional para los mismos objetivos como sería una invasión "pacífica?.
¿No formrá esta estrategia parte de los intentos de fusión?.
Uno de los cónsules haitianos que hemos tenido Edwin Paraison ha develado la estrategia al quejarse de que nuestra resistencia quiere impedir que las minorías residentes adquieran como es su objetivo, condiciones para participar en la toma de decisiones en la República Dominicana.

"Manifestó que la comunidad haitiana ha conocido una evolución positiva en las dos últimas décadas, con una integración social que es evidente, en las congregaciones religiosas haitianas, las ONGs dirigidas por haitianos o dominicanos de ascendencia haitiana, los equipos de fútbol, el estudiantado haitiano en las universidades dominicanas, y la presencia de los cuadros profesionales y empresarios haitianos".


Se podría hacer miles de preguntas sobre el caso Haití y República Dominicana y los intentos de fusión de ambos pueblos, porque se entenderá en lalógica de los nuevos interventores que en una isla no deben persistir dos pueblos distintos separados por una frontera y diferenciados en niveles culturales y de desarrollo, y por anto tenemos que asimilar al que tiene menos desarrollo y con nuestros propios recursos.
Pueblos que ellos mismos históricamente los hicieron distintos al meterse con nuestros pobladores originarios, extinguirlos y prohijar con los franceses o españoles que invadieron el territorio y lo tomaron como simples piratas tuvieran descendencia sobre la base de mezclarse en ambos lados incluyendo a los africanos.. Los españoles violaban a las mujeres de los indígenes y a las negras.

En el caso de las violaciones por parte de los españoles de las mujeres de los caciques y de otros, fue la base de las rebeliones indígenas y su posterior martirilogio de sus líderes como Enriquillo, Caonabo entre otros..

Francia y España tienen muchas preguntas históricas sin respuestas o pendientes de responder en la Isla de Santo Domingo desde finales de los años 1400 hasta la fecha. Y no me vengan con que esoes "historia pasada", porque los resultados todavía hoy los estamos viendo: un problema difícil de resolver, la convivencia ente Haití y República Dominicana.

PRESIÓN INTERNACIONAL


Vicepresidente,Embajadores, secretarios de Estado, Ministros, representantes de organismos internacionales, han visitado permamente a nuestros gobernantes para plantear el caso de Haití. Como es natural, los gobernantes no revelan los detalles de esas entrevistas, pero no es necesario, podemos imaginarlo: que asimilemos a una parte de los haitianos y que regularizemos a los que se uedaron luego de terminada las actividades en la industria azucarera.

La Organización de Estados Americanos, la Organización de las Naciones Unidas, y sus organismos colaterales como el ACNUR, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, de la OEA, etc, etc, todos han venido a lo mismo, que nos quedemos con los haitianos, le regularicemos su estatus a los ilegales y para el colmo que les demos actas de nacimiento.

De cualquier país del mundo si detectan un ilegal lo apresan y lo deportan, pero República Dominicana no puede hacerlo, se lo prohiben los organismos internacionales y las potencias europeas que buscan se fusionen ambos pueblos.


ACTAS DE NACIMIENTO


Tenemos ONG,s dirigidas por haitianos y por dominicanos que operan desde suelo dominicano. Su agenda principal es el reclamo de que se le dote de actas de nacimiento a los haitianos que no la tienen.

Ha sido una lucha por lustros, pero han encontrado determinadas resistencias, principalmente en la Junta Central Electoral (JCE).

Esas ONG,s no les importa que según la encuesta "Enhogar" 2011, realizada por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el 3.9 por ciento de la población dominicaa carce de acta de nacimiento.
Eso no les interesa, puesto que nunca han reclamado actas para los dominicanos, sino para los haitianos.


OJO AL MUERTO....

Veamos lo que recientemente dijo en su entrevista con el Presidente Danilo Medina el secretario general de la ONU Ban Ki-moon.

"El secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, calificó como positiva la política de regularización de inmigrantes adoptada por República Dominicana, y planteó que por "la gran masa que viene de Haití", es esencial que los dos gobiernos cooperen para proporcionar la "identificación nacional para aquellos haitianos que viven y trabajan en la República Dominicana".


El Secretario General de la ONU felicitó al país por la adopción en mayo pasado de la Ley 169-14 de Régimen Especial de Naturalización y Regularización de Extranjeros, con la cual, a su juicio, se enfrenta los problemas de los dominicanos de origen o descendencia extranjera.


"Es importante reconocer la nacionalidad dominicana de estas personas, quiero estimular a las autoridades dominicanas a continuar trabajando para proteger los derechos humanos", apuntó Ban, hablando a través de un traductor. Consideró que el fortalecimiento de las relaciones es esencial para el desarrollo social y económico a largo plazo de ambos países.".

Más claro de ahí, es imposible, están en eso, y encuentran posiciones flexibles y dubittivas de nuestros gobernantes, que no han llegado a interpretar lo que quiere el Pueblo Dominicano sobre este tema: el respeto a su soberanía,a su nacionalidad y a su espacio en la República Dominicana.



UNA LECTURA INVITADA

Al estudiar los planteamientos del historiador Paúl Joseph, analizamos que ciertamente hay un plan para fusionar los territorios, de hecho ya estamos invadidos en forma sabia pero pacífica, Destelao.com quiere compartir con su público el contenido filosófico y político campaña presidencial candidato Michel Martelly, establecen que históricamente “Haití ocupo a Quisqueya en 1822, otrora La Española, ejerciendo 22 años de dominación a la parte Este de la Isla hasta 1844, luego del 27 de febrero, cuando surge la Independencia Nacional, que dio lugar a un nombre y una Constitución Dominicana a costa de sacrificios y honor.
Refiere el historiador haitiano que luego de la independencia se acoge el nombre de Isla de Santo Domingo (Saint-Domingue  Francés), precisa que en los tratados de Francia y España sobre la división de la Isla en dos Colonias, el de Aranjuez 1777 y de Basilea 1783 toma el nombre de Isla de Santo Domingo, destaca Paúl Joseph, que la proclamación de Independencia de la colonia Francesa fue en 1804, bajo el nombre de Haití (Tierra Alta) para romper con el pasado.
Estos planteamientos establecen CAMBIO DE NOMBRE de la Isla, volvería ser el de LA ESPAÑOLA, dado por CRISTOFOLUS COLUMBUS O CRISTOBAL COLON el 9 de diciembre de 1492, así lo dio a conocer a la agencia Inter News Service (INS), recordando que pasó a llamarse Santo Domingo (de Guzman), derivado de SAINT-DOMINGUE principio de siglo XVl.
Al hablar sobre el futuro de Haití, coinciden que está en la fusión con la Republica Dominicana, por lo que entienden que sus compatriotas y políticos tienen que comenzar a buscar alternativas, porque la única salvación posible para Haití es presionar para que la comunidad internacional logre persuadir a la parte dominicana, para que definitivamente abra su frontera, para que los haitianos “que mueren de hambre” entren y salgan desde y hacia República Dominicana sin los traumas que enfrentan actualmente.
Es por estas razones que la campaña en Haití, ha tomado esta orientación ideológica, por lo que Michel Martelly promete para ganar, la fusión de la isla, algo que de hecho está ya rompiendo todas las expectativas y la mentalidad del pueblo haitiano, es como alimentar el morbo, es el punto final que evidencia el pensamiento, más allá de las pasiones para enardecer a las masas sedientas de ocupar a la franca, sin rodeos como si fuera suyo el territorio nacional dominicano.
La ex primera dama Mirlande Manigat, promete si gana, trabajar a favor de los inmigrantes, pues son muchos y están al menos más de 1 millon 800 mil en R. D. quedando en Haití una población de al menos 11 millones de habitantes dispuestos a salvar sus vidas y a sobrevivir en el lugar que siempre han creído suyo.
Paúl Joseph expresó que el presidente Leonel Fernández se ha reunido con Mirlande Manigat y sus seguidores para tratar asuntos a favor de la candidata, pero no podrá hacer lo mismo con Martelly, porque él sabe que cuando ganemos se le va acabar el orgullo y el racismo rancio a los dominicanos en contra de los haitianos, dejando ver odio y resentimiento en cada palabra, tenemos que prestar atención a las aspiraciones de estos candidatos presidenciales, nos da la idea de que han realizado encuestas que determinan el deseo de ocupar la isla de una vez y por todas.
Los seguidores políticos de Martelly en Haití entienden la única solución al problema haitiano, es la fusión de la isla como una sola nación.
Destelao.com dará seguimiento hasta el término de la campaña presidencial en Haití para seguir conociendo el pensamiento fervoroso de los nacionales haitianos, quienes ya han pensado cambiar los nombres de la Republica Dominicana y de Haití por el de LA ESPAÑOLA como la nombrara el Conquistador europeo.

2-

Fox News propone fusión Haití-República Dominicana como se hizo en Alemania


La influyente cadena de noticias norteamericana Fox News ha publicado un análisis en el que se propone formalmente la fusión de Haití con la República Dominicana, bajo la firma del Sr. Daniel Rodríguez, Co-fundador de la Alianza Económica por la Estabilidad.

Por considerarlo de alto interés, Impacto Digital reproduce íntegramente el contenido de dicho análisis:

“Haití debe unificarse con la República Dominicana”
(“Haiti Should Merge With the Dominican Republic”)

Como alguien que ha vivido en varios lugares en el Caribe, estoy muy consciente de la fragilidad y el orgullo que existe en aquellas naciones. He podido visitar Haití muchas veces y he visto de primera mano la miseria que satura todo el país.

El terremoto de 7.0 grados que sacudió a Haití desde su propia base, es sólo la última de una serie de tragedias que parecen interminables.

Permítanme comenzar con un poco de historia. Haití, una nación vecina a la República Dominicana, que se encuentra al este, se encuentra en la isla de La Hispaniola. La Hispaniola fue descubierta – mucho antes de lo que hoy llamamos América del Norte – por Cristóbal Colón.

Al igual que otras naciones del Caribe, Haití vio su cuota de agitación, pasando de estar en control español a control británico, holandés y finalmente de francés. Luchó y ganó su independencia en los 1800s, pero a un alto precio.

En 1957, el Dr. Francios Duvalier fue elegido presidente del país. Durante sus primeros años, Duvalier era conocido por sus esfuerzos humanitarios, que desaparecieron rápidamente convirtiéndose en uno de los regímenes más corruptos y represivos de la historia moderna.

Bajo Duvalier, se estima que 30.000 haitianos perdieron sus vidas. En 1964, “Papa Doc”, como se conocía entonces Duvalier, se declaró “presidente de por vida.” El Tonton Macoutes, un grupo paramilitar fue puesto bajo su control. Fueron creados con el simple propósito de hacer cumplir la voluntad de Duvalier por medio de amenazas, el vudú y otras formas de intimidación.

Después la muerte de “Papa Doc” en 1971, su hijo, Jean-Claude, fue colocado en el poder y el control de Haití. “Baby Doc”, llegó a ser conocido, robó cientos de millones a través de la administración del tabaco.

En 1986, Duvalier renunció del poder y se fue a vivir al exilio, pero no sin antes llevar a Haití  a una desesperanza económica mas profunda.

Adelantando hasta 2010. El terremoto de 7.0 grados ha llevado a un país que ya estaba en una situación de desesperación a una situación de total desesperanza. Haití tiene ahora dos opciones si quiere sobrevivir.

La primera opción es dejar las cosas como están. Para seguir con el status quo, en otras palabras. Esto significaría una continuación de las políticas (o la falta de ellas) que ya han creado muchos problemas: asistencia fragmentada en forma de ayuda de todo el mundo, poco respeto del Estado de derecho y la poca vigilancia con apenas una astilla de esperanza de un mejor futuro para Haití.

La segunda opción, y la más radicales la integración de Haití con la República Dominicana. Al igual que la reunificación de Alemania Oriental y Alemania Occidental, habrá problemas estructurales, políticos y de soberanía con que lidiar.

Haití es un país desprovisto que sufre no sólo por la falta de una visión estratégica de lo que debería ser, sino también de la falta de cualquier tipo de liderazgo eficaz.

Haití es un país donde el gobierno tiene poco o ningún poder. Sólo hay unas pocas personas en el gobierno de Haití – y ese número podría ser aún menor ahora – que poseen la voluntad, las habilidades y los conocimientos técnicos necesarios para construir una nación verdadera.
En cambio, hay una corrupción generalizada en todo el gobierno, en todos los niveles y una tasa de desempleo que supera el 80 por ciento.
Es un país en el que muchos pasan hambre todos los días y recurren a comer “pasteles de barro” hechos de tierra. La corrupción, el desempleo y sí, el hambre, existen en muchos países desarrollados, e incluso en el más poderoso de todos ellos, los Estados Unidos de América – pero en ninguna parte es esto tan generalizado como en Haití.

Propongo que Haití se fusione con la República Dominicana.

Mi propuesta es utilizar un enfoque de estilo de negocios muy parecido al utilizado por las grandes empresas, donde el proceso de resalta las fortalezas y debilidades de cada empresa, y al igual que la fusión de dos empresas, cada una puede ser analizada para asegurar que la nueva empresa será una entidad que va a producir un cambio positivo y duradero.

Este nuevo Estado-nación, tal vez llamado “República Dominicana Haití”, puede convertirse en una nación con una población total de 19 millones, que sería capaz de aprovechar sus recursos naturales en colaboración y gobernar al unísono.
Inevitablemente habrá luchas de poder y peleas por quién obtiene qué y cómo, y quién va a liderar esta nueva nación, pero al igual que la fusión de las grandes empresas, estos problemas pueden ser mediados al comienzo.
Poderes económicos de todo el mundo pueden unirse para ofrecer orientación y fondos para esta atrevida iniciativa, en lugar de sólo la financiación de algo que no ha logrado proporcionar incluso una apariencia de un retorno de inversión.
Por supuesto, habrá aquellos críticos que dirán que estos es demasiado experimentación con una nación que se ha negado a aceptar el cambio, pero yo digo esto, que no hacer nada seguirá perpetuando un círculo vicioso en el que los haitianos sólo sobrevivirán en el más pequeño de los sentidos, mientras que otros tratarán de migrar a otros lugares con el fin de encontrar una vida mejor.
Ahora todos estamos abriendo nuestros bolsillos y nuestros corazones a los caídos de Haití, pero lo que más necesitan es nuestra capacidad intelectual colectiva para ser ejercida sobre una nación muy triste y en la miseria, un pueblo cuya gran fe y esperanza para un futuro lleno de un mañana mejor está disminuyendo rápidamente.
Nada más que el más radical de los enfoques debe ser intentado. No hacer nada no es una opción. Si optamos por no hacer nada Haití se convertirá en una nación que seguirá existiendo en una aún mayor pobreza y mayor pérdida. Y se convertirá en una nación poblada por la gente física y emocionalmente más cicatrizada del mundo.”



miércoles, 24 de septiembre de 2014

Esta polémica que no tiene final....

Esta polémica que no tiene final....

Por favor, " no me empuje compadre"


Por JM Rodríguez
La polémica de quién fue primero, si el huevo o la gallina, está pendiente de resolver todavía, eso creo, o al menos no estamos enterados de si se ha resuelto.
Pero en lo que vamos a tratar, existen primacías probables y no está sujeta a este tipo de discusión.
Esta vez quiero poner al alcance de los lectores un tema histórico, espinoso y polémico, pero al que no se le puede temer, porque es la verdad pura y simple.Además la historia es la historia y lo que pasó, pasó.
ADERTENCIA: Cuando se difiere de ciertos conceptos, siempre hay alguien que empieza a lanzar descalificaciones y epítetos. No me permite mi condición de mulato, opinar como racista ni nada parecido, así que estoy libre de "sospechas".
El Caribe y por consiguiene la Isla Española o Hispaniola, también llamada "Quisqueya, Babeque y Bohío", fue primero habitada, al menos en ls historia reciente, antes del 1492, por hombres y mujeres de razas indigenista, preferimos llamarles "pueblos originarios", proedentes, dicen los historiadores, de Venezuela, Colombia y hasta de La Florida.
Sea de donde hayan venido estuvieron aquí y fueron "descubiertos" por el aventurero italiano empleado de la corona española, Cristóbal Colón.Coincidimos con los que plantean que lejos de un "descubrimiento" como lo interpretan los europeos, fue un "encuentro de culturas".
Una vez aquí, los españoles contactaron que había originarios en toda la isla. Y para conquistar o entrar en lo que Colón llamó La Española, debieron vencer algunas resistencias.
Españoles y originarios debieron convivir una adapatación y llegar a la  convivencia, de tal forma que los españoles se alimentaban de lo producido por los orginarios en unos montículos de tierra llamados "Conucos".
Girolano M. Benzoni, un autor milanés que dijo haber estado en la isla entre 1544-45, en sus descripciones sobre el conuco mencionó el cazabe que se producía con la yuca amarga que producían los originarios.
Pero los españoles no vinieron exactamente a ver indígenas, sino que observaron las riquezas naturales en la isl y empezaron a crear iniciativas de negocios, entre ellas la extración del oro.
Acostumbrados a una vida sencilla y sin ambiciones, los originarios que estuvieron en la Isla, fueron obligados a pasar de su vida de cazadores y recolectores de frutas a trabajar obligado en la etracción de oro y otras tareas productivas iniciadas por los invasores. Poco resistentes al trabajo duro, y diezmados por la transmisión de enfermedades por parte de los europeos, el pueblo originario debió ser reforzado con la importación de hombres fuertes desde las costas africanas del Altántico.
Desde que la viejas colonias europeas, Francia, España, Inglaterra, Holanda, decidieron hacer de la caza y explotación del trabajo del negro, la esclavitud que ya era histórica en el viejo mundo y que tenía como impulsores a Roma y Grecia; y en el oriente, miles de años antes,  más de 20 millones de esclavos fueron sacados del África en 350 años.La "trata" fue en parte la creadora de las fortunas que financiaron la Revolución Industrial en Europa en los siglos XVIII y XIX, conforme nos enseña el historiador Wenceslao Vega Boyrie y que aparece en un texto en la revista "Clío", órgano de la Academia Dominicana de la Historia, julio-diciembre del 2005.
En La Española, la primera autorización para traer negros  y esclavizarlos, aparece en una de las cédulas reales del 1501, mediante la cual se designóa Nicolás de Ovando Gobernador de las Indias, agrega el historiador. Es el episodio que marca la presencia del negro africano en la isla y que aprendió a comer de la yuca que se producía en el conuco indígena y con el que ellos elaboraban el casabe.Españoles y africanos comieron del conuco de los primeros pobladores.
El rey Felipe II ordena al Gobernador Osorio despoblar la parte oeste, para evitar que holandeses y franceses que ya habían ocupado una isla adyacente en el oeste llamada "La Tortuga", hicieran comercio con los españoles que ya vivían en La Española, pero también para que no tuvieran acceso a la biblia protestante.De manera que por este episodio a mediados del siglo XVIII la isla La Española fue dividida quedándeose Francia con el Este.
Los franceses y españoles han jugado a la política con esta isla, desde que lograron acabar con los pobladores originarios. Francisco Bernardo Regino y Espinal, en su texto "Conucos, hatos y habitaciones en Santo Domingo, 1764-1827, escribe que "La isla de Santo Domingo tiene oficialmente una histori común hasta 1697 cuan se produce el tratado de Ryswick. A partir de ese momento se bifurca la historia de Saint Domingue o de la parte del oeste y la histori de Santo Domingo o de la parte del este, ambas historias corriendo paralelas bajo las tutelas coloniales de Francia y España.Estas historias vuelven a desembocar en el mismo cauce un siglo más tarde, cuando en 1795 por el Tratado de Basilea, el río se la parte del este se adhiere como tributario a Francia, siendo oficialmente toda la isla una sola como posesión francesa. Esa unidad oficial duró hasta el 1 de enero de 1804 en que Jean-Jacques Dessalines proclamó la independencia de Saint -Domingue estableciendo la República de Haití. En ese momento la parte del este quedaba sola como colonia francesa, situación que finalizó con la reincorporación de este territorio  a España en julio de 1809 como consecuencia de la denominada Guerra de REconquist iniciada en 1808 y que tuvo su primer momento de gloria en noviembre del miso año con la derrota de las tropas francesas en la batalla de Palo Hincado,con el suicidio en el Seibo de Louis Ferrand.
Francia y España en Europa iniciaron una confrontación que perdió España. Francia le había ocupado en los Pirineos, territorio que España perdió en esa guerra. Para buscar la devolución, España propone a Francia entregarle la parte Este que poseía la antigua colonizadora en la isla. Se firma el Tratado de Basilea para este propósito.
Los franceses ya estaban en la despoblada parte oeste de la Isla, donde produjeron a base del trabajo esclavo de los negros que importaron de África, una de las colonias europeas en el Caribe, más próspera e iniciaron exportaciones de madera, azúcar y otros bienes hacia Europa, desde Saint Domingue, que así le llamaron a la parte ocupada del Este. Todo esto hasta que se registran las primeras revueltas del negro esclavo incitadas por "Makandal" y continuada por Toussaint Louverture hasta alcanzar la huida de los colonos franceses y la instauración de la primera República negra en el Caribe y en América (año 1804) en el que los rebeldes adoptaron el nombre de orígen indígena "Haití", que una de sus interpretaciones es lugar de tierras montañosas. La independencia se produjo muy por encima de que Napoleón Bonaparte mandara a su cuñado Lois Leclerc em 1802 a restablecer el orden y el control de la colonia francesa.
En lado Este, ya España había abandonado a los españoles, muchos de los cuales se convirtieron en agricultores y ganaderos fundamentalmente, y los que pudieron reubicarse en otros lugares donde España reinaba, lo hicieron. El Tratado de Basilea (1704), y la oposición de algunos de ser regenteados por franceses y luego por los negros, fueron los primeros rechazos a la "fusión" de la isla y de los pueblos que la habitan.
Con los que tuvieron que quedarse, se fue entonces formando lo que hoy llamamos el pueblo dominicano, una mezcla de las etnias originales, españoles y negros.
Esos momentos históricos es bueno que sean recordados tanto por los dominicanos de hoy, como los haitianos, y que recuerden además en febrero de 1822 quién fué el que invadió a quién y dejó daños históricos que todavía hoy son recordados.
Esas huellas en nuestros antepasados, provocadas por la invasión haitiana de 1822, es tal vez la razón básica de porqué no queremos fundirnos con un pueblo violento y distinto como son los descendientes de los africanos que trajeron los franceses durante el período de la esclavitud en la isla. Razones parecidas a los que huyeron luego del tratado de Basilea, simplemente, porque podemos estar "juntos" pero no reburujados.
Recordar también que los primeros pobladores de lo que es hoy el Pueblo Dominicano estuvieron aquí primero. Somos descendientes de pobladores originarios o indígenas, de hijos de invasores y piratas españoles y de los negros importados para los negocios de los españoles esclavistas, pero con todo y eso, no se aplica lo quién fue primero si el huevo o la gallina porque esto está más claro. De manera que "no me empuje compadre" que estoy en mi casa.

jueves, 18 de septiembre de 2014

 La fusión de la isla: ¿mito o amenaza?

La fusión de la isla: ¿mito o amenaza?

La fusión de la isla: ¿mito o amenaza?

Por José Luis Taveras. 16 de septiembre de 2014 - 12:15 am - 35 Comentarios
Es penoso aceptar que todavía las relaciones comerciales entre las dos naciones marchan sobre imprecisos canales de informalidad, aun siendo Haití nuestro primer socio comercial. Ese solo hecho es un inequívoco indicador de lo lejos que estamos de ese deseado futuro.
José Luis Taveras

José Luis Taveras

Abogado corporativo y comercial, escritor y editor.
Después del terremoto de enero de 2010, Haití emergió del olvido para convocar la caridad mundial a su plan de reconstrucción material. Con el paso del tiempo, las promesas de ayuda se fueron evaporando a tal nivel que recientemente el primer ministro haitiano Laurent Lamothe declaró que de los 9,000 millones de dólares prometidos a Haití, solo el 48 % había sido entregado, especialmente en asistencia humanitaria y de urgencia.
La crisis financiera mundial, otro cataclismo ruinoso, dejó colgada en la intención muchas promesas para Haití. Nuevamente esa nación pierde interés en la agenda internacional. Tal realidad era tan predecible como obvia: ninguna inversión es retributiva en un país sin recursos ni capacidad de pago, institucionalmente fallido, con estructuras sociales tribales y bajo inminencias latentes de convulsiones políticas. El costo es alto, los riesgos mayores. De ahí que en la lógica geopolítica occidental la República Dominicana sea vista como la llave maestra para cualquier “solución haitiana”.  Esa percepción se fortaleció con ocasión del terremoto de Haití cuando la cooperación internacional usó las infraestructuras, los servicios y los medios dominicanos para agenciar la ayuda. Muchos periodistas, reporteros, diplomáticos y hombres de Estado y de gobierno, que sabían de Haití por historia o cultura, se dieron cuenta de que la República Dominicana es parte esencial y estratégica de la sostenibilidad de la vecina nación.
En esa escena, de repente aparece una sentencia dominicana aparentemente inocua que resolvía un reclamo particular, pero que disponía medidas que afectaban derechos adquiridos de miles de personas, la cual causó uno de los escándalos más traumáticos de lo que va de siglo. Nadie podía sospechar que la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional iba a activar de tal forma los sensores de los centros de poder del mundo en un tema interno. Desde el año 1978, cuando Balaguer fue obligado a respetar los resultados electorales para facilitar la transición democrática, la República Dominicana no había recibido tanto apremio internacional. Si bien el Tribunal Constitucional no valoró esa perspectiva,  su sentencia creó un ruido político ensordecedor y hasta —para algunos— innecesario. El propio presidente Medina, arrastrado por su impacto, se sintió acorralado por tantos intereses cruzados. Aunque con la promulgación de la Ley 169-14 y su posterior reglamento de aplicación dictado mediante el Decreto 250-14, las cosas regresaron relativamente al estado anterior de la sentencia. No obstante, este fallo tuvo derivaciones políticas relevantes para la comprensión del futuro de las dos naciones.
Detrás de toda prueba duerme una lección. La sentencia 168-13 tuvo consecuencias provechosas desde distintos ángulos. A nivel local, despertó una nueva conciencia sobre el tema haitiano. El dominicano promedio tiene hoy una actitud distinta sobre el futuro del país con relación a Haití. Antes del trauma, Haití no estaba en la agenda de las prioridades nacionales, solo ganaba interés a propósito de coyunturas muy casuísticas, tales como denuncias sobre violaciones a derechos humanos de la inmigración haitiana, disturbios sociales o inconvenientes en el flujo del comercio fronterizo. La apabullante atención mundial que generó esa histórica sentencia ha levantado sospechas preocupantes. No es para menos; en un estrecho tiempo se sucedieron en el país visitas tan inusuales como “sintomáticas” de personalidades de alto relieve, entre las que se destacan la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la del vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden y la del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rumpuy. Paralelamente, el tema haitiano fue motivo de la reunión privada del papa Francisco con el presidente Medina, sin considerar las presiones diplomáticas en contra de la República Dominicana en distintos tonos y foros regionales.
Una lógica percepción de la realidad nos conduce a suponer que si la vigilancia internacional estuvo tan avispada para un tema como este, cuanto más para intervenir en una situación de crisis en Haití que genere condiciones incontrolables de gobernabilidad. Es natural pensar que la solución más cómoda para una comunidad internacional huidiza con el destino de Haití sería abandonar la solución final en “manos de” o “con” la República Dominicana. En este contexto, no sería irracional inferir que, dentro de las opciones “terminales” en la agenda de futuro, no se descarte la redefinición del estatus político-territorial de ambas naciones.
El tema de la fusión ha sido ridiculizado por algunos insensatos pero exagerado fanáticamente por otros. Y parte de las razones por las cuales esa posibilidad se perciba como irreal o tremendista ha sido el hecho de que quienes hoy se abanderan más “patrióticamente” de la denuncia fueron los mismos que en el pasado la manipularon como argumento político cuando, en las elecciones del año 1996, acusaron al candidato de la oposición, José Francisco Peña Gómez, de prestarse como punta de lanza al presunto plan de Estados Unidos, Canadá y Francia para fusionar los Estados haitiano y dominicano, siendo Peña Gómez, de origen haitiano, un aliado estratégico en esas supuestas pretensiones. Esa maniobra llegó tan lejos, que el denominado “Frente Patriótico” integrado por las fuerzas políticas más conservadoras y un polo liberal emergente —el otrora PLD ideológico— tuvo, como imperativa “razón histórica”, frustrar tal intención antinacional. Desde entonces, cualquier reflexión sobre la fusión insular se descalifica por el prejuicio xenofóbico que la inspiró.
A raíz de la sentencia 168-13, el mismo núcleo ultraconservador que llevó la vocería en 1996 del proyecto de fusión se cohesiona para defender a ultranza su mandato. Rescata este abandonado tema para provocar mayor preocupación sobre la suerte de la sentencia en un escenario internacional adverso. Sus portavoces acusan de agentes de los intereses extranjeros a aquellos que no acatan su mandato. Para ese grupo de nacionalistas, oponerse a la sentencia suponía contrariar un ejercicio de soberanía del Estado dominicano. Nuevamente la fusión vuelve a la mesa, no como un tema de agenda nacional, sino como argumento de defensa de una sentencia que, si bien abordaba un histórico problema binacional, comportaba afectaciones a derechos adquiridos.
La fusión, o cualquier otro proyecto de integración o asociación de Estados que esté o no en los planes de las potencias occidentales, compromete la “existencia” del Estado dominicano y por tal razón no puede ser usado como argumento político para intimidar o condicionar políticas públicas. Se cumple, en este caso, la moraleja del pastor que voceaba la falsa presencia del lobo hasta el día en que el animal atacó y nadie se molestó en responder a su alarma. Los autodefinidos nacionalistas pueden estar animados de buenas intenciones patrias, pero apelar a un argumento tan altisonante para validar causas coyunturales constituye un solemne desatino.
Para la comunidad internacional, un país con indicadores sociales catastróficos, una renta anual de 390 dólares per cápita, más de la mitad de la población por debajo de la línea de la extrema pobreza y un índice de pobreza tres veces superior a la media en América Latina y el Caribe, es una carga insostenible. Pero si a ese cuadro se le añade la ausencia de una estructura productiva relevante, donde el 70 % de la población depende de una agricultura de subsistencia a pequeña escala que emplea cerca de las dos terceras partes de la población económicamente activa, la reconstrucción material y política de Haití es un proyecto tan inviable como su desarrollo institucional. Existe una conciencia clara en las potencias occidentales de que una ruptura social caótica es inevitable y pocos esfuerzos han desplegado para revertirla, quizás a la espera de que, una vez llegado, este hecho justifique la propuesta de soluciones más radicales y estructurales al issue Haití, entre ellas el rediseño político-territorial de la isla que le garantice una coexistencia menos desigual a las dos naciones.
¿Son delirios de una imaginación febril suponer que en una nación con indicadores sociales “catastróficos” (situados en el puesto 159 de los 187 países analizados en el Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo para el 2013) y donde más de la mitad de la población sobrevive con menos de un dólar al día, bajo un umbral de vida de 62 años, no se incuben las condiciones perfectas para una trágica explosión social? Es una aspiración utópica pensar que Hatí va camino al desarrollo mientras el 20 % de la población más pobre posee apenas el 1.5 % de la riqueza frente al 20 % más rico que acumula el 68 %. Haití no tiene un Estado funcional, lo más parecido es una estructura de poder que opera bajo esquemas mafiosos de negocios; el concepto de seguridad jurídica no ha tenido desarrollo en las relaciones económicas ni de inversión. Es una sociedad atrapada en condiciones todavía primitivas de subsistencia. Los pálidos esfuerzos de la comunidad internacional se diluyen; los fondos de la cooperación internacional no fluyen por la inseguridad institucional; se trata de un país estructuralmente inoperante.
La amenaza no está en una invasión armada, eso es mitológico; mucho menos en la inmigración económicamente activa ya integrada en la República Dominicana, sino en la dinámica contingente de los procesos políticos y sociales que se suscita en la parte oeste de la isla ¿Qué pasaría si Haití cayera en un estallido social que generara una situación de ingobernabilidad y hambruna? ¿Qué frontera detendría la avalancha de los instintos? ¿Cuál sería la posición de una comunidad internacional escurridiza? Las respuestas históricas las encontramos en África, escenario de desplazamientos de pueblos, linchamientos horrorosos, actos de barbarie y de depredación ante la indiferencia irresponsable de la comunidad internacional. Hablar en términos tan gráficos en un contexto de tanta inconciencia como el nuestro, sería pecar de tremendismo xenofóbico. Lo cierto es que no sabemos a qué temerle más, si a la posibilidad de tan espeluznantes eventos o a la ignorancia dominicana sobre la realidad haitiana.
Y eso de buscarle justificación a una intervención armada o a una incursión política en la soberanía de naciones débiles es más fácil que tomar una Coca-Cola de un solo sorbo para las potencias, más tratándose de una isla del Caribe. En el conflicto de la exYugoslavia el argumento fue la “limpieza étnica” del régimen serbio, propaganda evocadora del nazismo alemán.  Hay evidencias, testimonios y documentos secretos y desclasificados que desmienten la falsificación grosera de la realidad política a través de la cual se le imputaba solo a los serbios las prácticas genocidas de guerra étnica.
Washington ha tolerado todo lo necesario para garantizar, por encima de cualquier interés, “la estabilidad política haitiana”. Ha hecho concesiones inconfensables: desde el apoyo incondicional a una dictadura sanguinaria hasta el mantenimiento de una política permisiva al narcotráfico de Estado promovido por Jean Bertrand Aristide. La política del Pentágono es conservar pacificada la población sin escatimar el precio, aunque se pasen por alto ciertas obscenidades. Cuando las condiciones se tornen internamente incontrolables, entonces se pensarán en soluciones más radicales. Solo hay que esperar el momento, y nadie está haciendo nada meritorio para detener esa marcha.
La fusión —o cualquier otro proyecto asociativo o confederado de las dos naciones— no resultará de negociaciones bilaterales ni de concertaciones internacionales. Ha sido una solución platónica acariciada académicamente por parte de la intelectualidad haitiana de distintos tiempos, así como de organizaciones civiles de Estados Unidos, Canadá y Francia. La dinámica histórica, tan contingente como la realidad haitiana, se encargará de poner este proyecto en carpeta. No obstante, este deseo ya se declara sin tapujos en Haití. En la República Dominicana se han divulgado pocas referencias de opiniones extranjeras sobre el tema; quizás las que merezcan alguna mención son la del sociólogo e historiador haitiano radicado en Canadá Reinseinthe Paul Joseph, quien en una conferencia en la ciudad de Santiago de los Caballeros, el 4 de agosto de 2012, declaró que Michel Martelly tiene una visión clara y sin tabú de que la única solución a la masiva inmigración haitiana es fusionar a los dos países en una sola nación.  Además, un artículo publicado por la cadena americana Fox en fecha 25 de enero de 2010, escrito por Daniel Rodríguez, cofundador de la Alianza Económica por la Estabilidad, proponía que “…la segunda y más radical opción es integrar Haití con la República Dominicana”. Como documento oficial nunca ha existido un manifiesto de esa intención.
No importa cuán cerca o lejos del umbral de la fusión insular o de cualquier otro esquema de concentración o de confederación de Estados, el papel que juegue la República Dominicana a favor del desarrollo de Haití marcará la distancia. Haití no moverá un dedo para evitarla. Históricamente ha considerado la isla como una unidad territorial indivisible. De manera que el Estado dominicano debe entrar en una nueva era en su relación con Haití, estableciendo planes quinquenales vinculantes, con supervisión internacional, sobre políticas comerciales, migratorias y de cooperación que puedan descomprimir las tensiones bilaterales y crear los referentes institucionales de apoyo. El gran desafío está, como siempre, en el liderazgo político nacional, que no está conciente de que Haití sea un problema de atención intensiva. Los acuerdos y los protocolos deben rebasar la casuística. La norma es que las crisis que suelen alentar esta tormentosa relación son las que siempre generan los diálogos. Es penoso aceptar que todavía las relaciones comerciales entre las dos naciones marchan sobre imprecisos canales de informalidad, aun siendo Haití nuestro primer socio comercial. Ese solo hecho es un inequívoco indicador de lo lejos que estamos de ese deseado futuro.
Enviado por RODOLFO ESPINAL
respinalmota@gmail.com

domingo, 14 de septiembre de 2014

República Dominicana y Haití:  historia de una mala vecindad

República Dominicana y Haití: historia de una mala vecindad


República Dominicana nunca ha invadido a Haití ni otro país

JM Rodríguez

La historia de República Dominicana y Haití, ha sido de conflictos fronterizos y de una ocupación que duró 22 años, cuya secuela todavía hoy recordamos históricamente.
Para poder entender algo hay que irse a los orígenes de las situaciones. Aunque ya todo es historia, los pueblos deben recordar su pasado, para poder definir su presente y futuro. Y para ir comprendiendo los procesos, lo conveniente es comenzar por los datos más antiguos.
Veamos. Los primeros pobladores que se presume, de la segunda isla en tamaño de Las Antillas, fueron aborígenes, posiblemente procedentes de Venezuela, Honduras y otros puntos geográficos en discusión todavía, pero fueron los primeros pobladores  antillanos.
 A partir del siglo I Antes de Cristo, llegaron migraciones hacia las Antillas de agricultores provenientes de América del Sur, en su mayoría pertenecientes al tronco lingüístico arahuaco.
Se asegura que en los primeros tiempos,posiblemente el desplazamiento hacia el Norte y el Oeste de un grupo era asociado a la llegada de otro que probablemente le perseguía o no era seguro para compartir la estadía. De manera que al final del proceso de movimientos de isla en isla se conformó una tradición cultural insular que se apartó de sus orígenes de Venezuela y Guayana dando lugar a la cultura taina, es lo que se ha establecido históricamente. El primer grupo que se estableció en la isla de Santo Domingo se distinguía por producir una cerámica pintada denominada Saladoide, practicaban la agricultura de roza, basada en la quema y tala de bosques.La yuca amarga la usaban para producir casabe, como lo testimonia la presencia de burenes, platos de barro en el que cocían el casabe.La agricultura de "montón" de tierra redondeada es un legado de estos primeros pobladores.
La presencia humana mas antigua que se recuerda en las Antillas determinado por el procedimiento de carbono catorce, data en Cuba de alrededor de 4,000 años antes de Cristo, y de unos 5,000 años de Nuestra Era.
En la isla de Santo Domingo, el hallazgo más antiguo en territorio occidente el ocupado hoy por el llamado Haití es de alrededor de 3,600 años antes de Cristo y en territorio hoy dominicano,es decir en el oriente, el de Mordán, provincia de Azua, próximo a los 2,600 años antes de Cristo, según encontramos en el texto "El Territorio Dominicano y su Poblamiento".
Según el texto "Origen de la población dominicana" En varias oleadas migratorias, a través del arco de las Antillas Menores, desde el norte de América del Sur, llegaron Amerindios: Guanahatabeyes, Siboneyes y Arawacos, que a su vez formaron los grupos Igneris, Subtaínos, Taínos y Ciguayos o Macoriges (Colón bautizó estos últimos con el nombre de Caribes por su belicosidad).
España se introdujo a Las Américas a partir del primer viaje del genovés Cristóbal Colón a finales del siglo XV  y ocupó todas las islas antillanas.
Los amerindios de la raza "Caribe" habitaban en las Antillas menores; eran de carácter guerrero, belicoso, y cuando llegaron los españoles le hicieron oposición. Pero España no tenía interés en estas pequeñas islas y fueron ocupadas entonces por otras potencias de la época (1601-1700).
De manera que Holanda, Inglaterra y Francia, establecieron colonias en la cuenca del Caribe.
Cuando llegó Colón a la isla en el 1492 ésta estaba habitada por unos 150,000 Amerindios, los cuales sometidos a trabajos forzados de los españoles conquistadores y colonizadores, trajo como consecuencia el exterminio.
A partir del 1502 se prohibió el matrimonio de blancos con Amerindios, y la mezcla que da origen al mestizo, se propagó en la isla.
A partir del 1516, cuando el Amerindio estaba en acelerado proceso de extinción, los españoles trajeron grandes contingentes de negros esclavos desde el África, que por los trabajos tan crueles en la industria azucarera, no resistían más de cuatro a seis años.

FRANCIA Y ESPAÑA

Los accidentes históricos que se ha vivido en la isla Española han sido protagonizados históricamente por Francia y España.Veamos.
El tratado de Ryswick del 20 de septiembre del 1697, mediante el cual España acepta la presencia de los franceses en la parte Oeste, comenzando por la isla "La Tortuga", a la que iban bucanero y filibusteros, piratas europeos que asolaban la ruta del Atlántico.
Basilea, firmado en Suiza, en la ciudad de Basilea el 22  de julio del 1795, por el que España le cedió a Francia su primera colonia en el Nuevo Mundo en la parte oriental de la isla hoy llamada República Dominicana.El negocio incluía que Francia desocupara los territorios limítrofes (Montes Pirineos) que España  perdió en una guerra con Francia.
Aranjuez, firmado el 3 de julio de 1777, y que estableció los límites definitivos entre las dos colonias que Francia y España compartían en la isla.


HAITI y República Dominicana

FRANCIA
Hay intelectuales de nuestra historia que atribuyen a la llegada de la Biblia Luterana y el contrabando la orden de Felipe III de España de despoblar la parte del oeste de la isla.
Francia, aprovechó la despoblación de la parte Oeste que había autorizado el rey de España de entonces Felipe III, en 1603, y la cual se ejecutó bajo la dirección del gobernador Antonio Osorio, de manera que fue la primera división de la isla en dos territorios, dando lugar a la colonia de Saint Domingue Fancés y España se quedó con la parte que llamó Santo Domingo, lo que es hoy la República Dominicana.
La división en dos de esta isla en el siglo XVII fue de la autoría de Francia y España.
Las potencias de la época España,Francia e Inglaterra establecieron colonias en las islas del Caribe corriendo los años del 1601 al 1700.
La orden de despoblar la parte occidental de la Isla dada por el rey de España Felipe III en 1603 y que fue llevada a cabo por el gobernador Antonio Osorio entre 1605 1606, ese despoblamiento fue aprovechado por Francia para establecerse en esa parte a mediados del siglo XVII.
Fue así como se hizo la división política de la isla en dos, al Oeste, el Saint Domingue francés y al Este, el Santo Domingo español, ambos territorios fueron evolucionando hasta convertirse en lo que hoy es Haití y República Dominicana.

Los franceses convirtieron Haití, en una de las más próspera colonias del momento mediante el comercio con Francia y Europa. Para desarrollar la parte del Oeste y convertirla en una rica colonia, los franceses trajeron negros como esclavos desde África.Cuando llegaron los primeros negros importados de África encontraron en la isla Hispaniola o Española el conuco cultivado por los indígenas como unidad de producción que aportaba víveres para la alimentación tanto de indios o aborígenes como de los españoles que ya  se habían establecido, tal y como afirma Rubén Silié en su texto "El hato y el conuco: contexto psra el surgimiento de la cultura criolla", en Ensayos sobre cultura dominicana, editado por Fundación Cultura Dominicana, 2001.
Francia aspiraba a ser una hegemonía mundial y fundó en la parte del oeste de la isla la colonia más rica y próspera del mundo en el siglo XVIII
A partir de 1791 se da la revuelta de los esclavos; los blancos franceses son degollados y confiscadas sus propiedades, otros lograron escapar y se establecieron en la parte del este o Santo Domingo español.El historiador Fernando Ortíz en su obra "Los Negros Esclavos", una primera edición del Instituto Cubano del Libro en 1996, nos dice que el Estado haitiano estuvo enraizado en la parte oeste de la isla construido sobre cadáveres de esclavos explotados y de blancos aniquilados por la fiebre amarilla y el filo de los cuchillos y machetes" .La Era de Francia que trajo el Tratado de Basilea del 1795 y que duró hasta 1809 estaba llegando a su fin. Para 1797, los negros de Saint-Domingue ya disfrutaban de los derechos de la liberad como resultado de la evolución Francesa de 1789, y derivado de las rebeliones de 1791 iniciadas en Bois Caiman en el Norte de Saint-Domingue.
Napoleón de Francia, mandó a su cuñado Leclerc a restablecer el orden en 1802 pero ya era tarde.
En  el Oeste ya se había declarado a la República de Haití. Los dirigentes haitianos Cristóbal estableció un régimen monárquico al Norte del naciente estado; Petión en el Sur, estableció un régimen republicano.
 Los primeros intentos por unificar la isla bajo la tutela de los negros gobernantes podemos encontrarlos en esta parte de la historia, cuando los hateros del lado del este, comenzaron  vender sus propiedades y a emigrar, como señala  Vincent, que citado por el historiador Emilio Rodríguez Demorizi indica que "El conocimiento del Tratado de Basilea en Santo Domingo Español inaugura un período de desconcierto que se manifestó con el deseo de liquidar los bienes que se poseían y emigrar a otros lugares bajo la colonia española como Puerto Rico, Cuba y Maracaibo en Venezuela.
De su lado Roberto Cassá indica que las invasiones de Jean Jacques Dessalines y de Tousaint Louverture y la firma del Tratado de Basilea, provocaron las primeras emigraciones de los colonos de la parte oriental o Santo Domingo Español.


INVASIÓN HAITIANA DE LA PARTE ESTE

La parte española, nunca ha invadido a la parte francesa o Haiti

Parece que entre los líderes del constituido Haití le acompañó en su proceso de organización de la naciente República, también un sentimiento "imperialista", porque no conforme con haber desplazado a sus patrocinadores, los franceses, también ocuparon el este de la isla. Incluso, uno de los líderes del momento histórico, Cristóbal estableció en el Norte una especie de régimen "monárquico, y se hizo construir un "castillo".
Liberados los pobladores originarios de África del yugo francés, ya constituidos en República libre en 1804 y ya organizados con su gobierno y un ejército, deciden el 9 de febrero del año 1822 ocupar la parte llamada Santo Domingo.Una ocupación de 22 años que lo que hoy es el "Pueblo Dominicano", no ha olvidado. El "deguello" de los blancos en Santiago de los Caballeros y otros pueblos dejado por el paso de los invasores, no es fácil de borrar de la historia.
Durante la ocupación, además de los asesinatos,  "degüello", los ocupantes haitianos dejaron como huella de su paso en el este y del gobierno imperial de la isla el establecimiento del Código Civil, la primera Reforma Agraria y la abolición de la esclavitud por otro sistema en el que el esclavo liberado seguía sin embargo atado a la tierra y al amo por un tiempo.En Haití los dirigentes del nuevo Estado proclamaron la primera constitución en lo que era la isla en su totalidad.
Toussaint Louverture y Jean Pierre Boyer confiscaron los bienes de la Iglesia,quitaron los tributos, el Sistema de Capellanía y los sueldos a sacerdotes y monjas razón por la que la tuvieron de adversaria para el derrocamiento de Boyer el 13 de marzo de 1843 en su natal Haití en Les Cayes, ascendiendo al poder el general Charles Herad Riviere en la finca de Praslin, tal y como nos cuenta en el tomo I de Historia Dominicana, Roberto Cassá.
En el Boletín del Archivo General de la Nación de República Dominicana, año LXVIII volumen XXXI número 116, septiembre- diciembre del 2006, encontramos dentro del texto dentro de su publicación titulada "Conucos, hatos y habitaciones en Santo Domingo, 1764-1827 , del profesor Francisco Bernardo Regino y Espinal en el capítulo 1.8 "El conuco según Marcio Veloz Maggiolo", explica que el territorio de Saint Domingue, devino en el nombre de Haití a partir de 1804, luego que Dessalines declaró la independencia.
Agrega que "La isla de Santo Domingo tiene oficialmente una historia común hasta 1697, cuando se produce el Tratado de Ryswick.A partir de este momento se bifurca la historia como la historia de Saint-Domingue o de la parte oeste, y la historia de Santo Domingo o de la parte del este, ambas historias corriendo paralelas bajo las tutelas coloniales de Francia y España.Estas historias vuelven a desembocar n el mismo cauce un siglo más arde, cuando en 1795 por el tratado de Basilea, el río de la parte del este se adhiere como un tributario a Francia, siendo oficialmente toda la isla una sola como posesión francesa.Esa unidad oficial duró hasta el 1 de enero de 1804 en que Jean-Jacques Dessalines proclamó la independencia de Saint Domingue estableciendo la República de Haití. En ese momento la parte del este quedaba sola como colonia francesa,situación que finalizó con la reincorporación de este territorio a España con julio de 1809 como consecuencia de la denominada Guerra de la Reconquista iniciada en 1808, y que tuvo su primer momento de gloria en noviembre de 1808 con la derrota de las tropas francesas en la batalla de Palo Hincado, próximo a la villa de El Seibo, y que originó el suicidio del general en jefe de las tropas Louis Ferrand".
Pero el nombre de Haití, que adoptaron luego los esclavos liberados y que se independizaron de los franceses, le fue dado por los Taínos a la parte occidental, mientras que Colón llamó Española a la parte completa.
Hoy dos naciones con sus respectivos estados comparten la isla, siendo esto uno de los pocos fenómenos conocidos mundialmente de que una misma isla la compartan pueblos distintos en cultura y lengua.La diferencia entre ambas colonias desde siempre la ha marcado las costumbres y el idioma. En Haití se habla francés o una lengua criolla llamada Creole o Patois, en República Dominicana un criollismo de tipo español con sus características propias.
Pero se puede notar, los habitantes de la República de Haití fueron "importados" de África por los franceses, de los cuales se independizaron y fundaron una República. Los habitantes de la parte del este, derivados del mestizaje entre aborígenes, españoles y luego de los negros también importados por España, ya estaban aquí y son la base de lo que hoy es el "pueblo dominicano".
Hoy, de nuevo se esgrimen amagos de querer borrar fronteras y de unificar la isla, de juntar a dos pueblos distintos,y de nuevo aparecen en el escenario las mismas potencias europeas que originaron este "accidente" histórico y se les suma Norteamérica y Canadá, naciones que ya no ocultan sus intenciones y que utilizan a los "organismos internacionales", como propulsores de sus propósitos, obligando a la República Dominicana a adoptar en su legislación disposiciones para ir creando el escenario de la fusión de los dos pueblos en una misma isla.
Se quiere que el descuido o la imposibilidad del gobierno haitiano de dotar a sus nacionales de Actas de Nacimiento, de identidad de cédula, le sea facilitado por el Estado dominicano, y que toleremos la presencia de ilegales en territorio nacional por "razones humanitarias", algo que las potencias no practican en sus territorios, ya que son campeonas de las "deportaciones" de ilegales o ciudadanos indeseables.
Las presiones de los organismos internacionales, entre los que están la Organización de Estados Americanos(OEA), la Organización de las Naciones Unidas ONU, a través del ACNUR y del Organismo Internacional para las Migraciones , ha provocado la reacción de los legisladores de la Cámara de Diputados rechazando las actividades locales del ACNUR que dirige un familiar del escritor peruano, nacionalizado español, Mario Vargas Llosa.
Estos organismos internacionales, utilizando como plataforma de presión local e internacional y guiados y financiados por las potencias "fusionistas", han establecido una campaña de cuestionamiento (aprobación y desaprobación, respaldo y rechazo) a las recientes medidas de nuestras instituciones sobre asuntos migratorios, para lo cual han orquestado actividades en foros internacionales para ir debilitando dichas disposiciones como un Estado libre y Soberano.

Otros episodios históricos
Negros esclavos de la parte francesaLlegaron a final del siglo XVIII con los cuales se fundó el pueblo de San Lorenzo de los Mina (hoy barrio de la capital). Posteriormente fundaron comunidades como Mandinga, Mendoza, Sabana Perdida, Sabana del Espíritu Santo (hoy Villa Mella), el Guaricano, la Isabela, etc.
 Negros esclavos traídos de la parte francesa por el gobernador francés Ferrand a principios de siglo XIX: Con el fin de utilizarlos en la fundación del Puerto Napoleón (Samaná), enclave colonial francés. No se llegó a ejecutar por la derrota de los franceses.
Negros libertos (esclavos cuya libertad se compró): Fueron traídos de los Estados Unidos por el presidente haitiano Boyer entre 1822-25 (ocupación haitiana) y establecidos en Samaná, Puerto Plata, Santo Domingo, Bayaguana, Monte Plata, etc. Dieron importantes aportes culturales: Nuevos hábitos alimenticios (arroz y pescado con coco), introducen el idioma inglés, la educación primaria, religiones protestantes, manifestaciones mágico-religiosas (brujería y santería), bailes como el bamboulá, etc. Se mezclaron con los inmigrantes negros de la parte frances, originando el primer idioma criollo bautizado samané (mezcla de elementos lingüísticos franceses, españoles, ingleses y africanos), se habla en comunidades en la zona rural al este de la ciudad de Samaná.


Con datos de :http://www.suncaribbean.net/rd_laisla_origen_poblacion.htm
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